El mundo se manifiesta en oposición a una acción militar contra Siria

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Diferentes países del mundo hicieron una sentada de protesta el sábado contra el llamamiento del presidente de EE.UU., Barack Obama, para llevar a cabo un ataque militar contra Siria, so pretexto de que Damasco utilizó armas químicas en su combate con la oposición armada. 

Alrededor de 300 personas se congregaron frente a la Embajada de EE.UU. en la capital libanesa, Beirut, donde gritaban consignas como "con nuestra sangre y alma nos sacrificaremos por ti Siria". 

Se trataba del segundo día consecutivo de protestas de la población libanesa contra una eventual acción militar en Siria. 

"Estamos aquí hoy para rechazar la agresión a Siria. No estamos aquí sesgados hacia una postura a favor o en contra del Gobierno. Estamos aquí para defender al pueblo sirio", señaló un joven manifestante. 

La ciudad libanesa de Sidón, en el sur del país, también fue escenario de una manifestación similar, en la que los marchantes corearon consignas contra la guerra a Siria y llevaban en sus manos las fotografías del presidente sirio Bashar al-Asad. 

Paquistaníes residentes en la ciudad portuaria de Karachi, unieron también, su voz a otros países del mundo para repudiar una incursión castrense en Siria. 

En Filipinas, los manifestantes se reunieron en la capital Manila para mostrar su oposición al ataque militar contra Siria. 

Diferentes protestas además, se llevaron a cabo el sábado en EE.UU. En la ciudad de Nueva York, los indignados norteamericanos se reunieron en la plaza de Times. Y en Washington, la capital, los manifestantes centrados frente a la Casa Blanca, instaron al Congreso a que se oponga a un eventual ataque contra Siria. 

Por su parte, países como Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, entre otros, se han sumado al ayuno solicitado por el Papa Francisco en pos de la paz en Siria.

La retórica bélica contra el país de Medio Oriente ganó impulso el 21 de agosto, cuando los terroristas que operan en el interior de Siria acusaron al Gobierno de lanzar un ataque químico en las afueras de Damasco, provocando la muerte de 1 300 personas. 

Damasco rechazó categóricamente las acusaciones, que considera parte de un plan para favorecer la intervención militar extranjera.