Cerca de diez funcionarios en retiro de las Fuerzas Armadas, encabezados por el delegado laboral de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Nazario Zúñiga, se reunieron este viernes con el senador y presidente de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker, para dar a conocer una serie de reflexiones y situaciones derivadas del golpe de Estado de 1973 que continúan afectando a muchos ex uniformados.
La reunión a la que también asistiría el precandidato Claudio Orrego - quien finalmente no estuvo presente -, se llevó a cabo en la comuna de Quilpué, en dependencias de la sede distrital del partido.
En la carta leída y entregada a Walker, Zúñiga manifestó que en la actualidad "existe la falsa creencia... de que el personal de las instituciones armadas, incluidos los que están en retiro, forman parte del patrimonio electoral de los partidos políticos de derecha".
"Esta falsa creencia tiene su origen en el gobierno militar y, particularmente, en la alianza que se formó entre la derecha económica y su derivación de derecha política, con los Altos Mandos de las Fuerzas Armadas, período en que a su personal subalterno le correspondió realizar el trabajo sucio, que consistió en la neutralización de los adversarios políticos", explicó el delegado de la CUT.
La carta prosigue señalando que los juicios contra ex funcionarios y compañeros de armas, con motivo de los excesos de la dictadura de Pinochet, deben ser interpretados "en conformidad a la inexigibilidad para sus hechores inmediatos de realizar una conducta distinta", dado que cumplían órdenes. En este sentido, llama a condenar a los verdaderos responsables: los autores mediatos o inductores, es decir, quienes impartieron las órdenes de cometer los crímenes.
La misiva también alude a la persecución "que afectó a muchos funcionarios de las Fuerzas Armadas" durante el régimen de Pinochet, por "la opinión de sus jefes respecto a su pensamiento político y en la vinculación familiar o de amistad con militantes de los partidos opositores".
El emplazamiento finaliza con una profunda crítica a la Democracia Cristiana. El texto explica que como "consecuencia del clima de polarización que afectó a Chile durante el gobierno de Salvador Allende, la mayoría de sus militantes fueron partidarios de romper el rol tradicional y constitucional de las Fuerzas Armadas, en circunstancias que nosotros éramos ajenos a ese proceso político y, en cumplimiento de órdenes, disciplinariamente, tuvimos que intervenir en la política interna".
En la reunión estuvo presente el ex oficial naval Humberto Palamara, conocido por lograr que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenara al Estado de Chile por la censura que sufrió su libro Ética y servicios de inteligencia, pidiendo modificar la Justicia Militar.
También asistió el ex sargento de la Armada Temístocles Gajardo, quien relató su emblemático caso al senador Ignacio Walker. En 1986, Gajardo fue víctima de un brutal atentado perpetrado por efectivos del Ejército, el cual pretendía persuadir al almirante José Toribio Merino para que apoyara a Pinochet bajo la premisa de que el terrorismo seguía vigente en Chile, disfrazando el incidente como un ataque de extremistas de izquierda.
Respecto al último punto de la carta de los funcionarios, Walker contestó: "El quiebre democrático fue co-responsabilidad de todos, y en ese sentido, asumo por supuesto la responsabilidad que nos pudiera caber como democratacristianos, pero no estoy de acuerdo en que la mayoría de nuestros militantes fueran partidarios de romper el orden constitucional de las FFAA."
Argumentando que su partido buscó otras vías para solucionar el conflicto, el presidente de la DC agregó que el padre de Claudio Orrego "redactó el famoso acuerdo del 23 de agosto del '73... porque efectivamente nosotros considerábamos que el gobierno de la Unidad Popular había violentado y violado la Constitución sistemáticamente, y esa es nuestra reflexión".