El domingo recién pasado, el activista estadounidense de Infowars, Alex Jones, fue invitado al programa Sunday Politics de la BBC para discutir la selecta conferencia de Bilderberg en Watford, Inglaterra, a la que asistieron cerca de veinte personalidades del Reino Unido e influyentes figuras políticas y económicas de occidente.
Por primera vez en la historia, en un reporte exhibido por el canal antes de abrir el panel, el parlamentario Kenneth Clarke se refirió a la reunión de Bilderberg como miembro directivo de la entidad, señalando que la instancia sólo servía para compartir experiencias con líderes de todo el mundo y desmintiendo así las "teorías conspirativas" que la rodean. En sus comentarios admitió que la reunión se realiza a puertas cerradas, sin permitir que la prensa pueda constatar los temas de discusión.
Poco antes de ingresar al estudio, Jones se encontró con Ed Balls, diputado y ex ministro del Reino Unido, a quien increpó por su asistencia a Bilderberg y el secretismo que caracteriza a la conferencia. "Las reglas de todos estos secretos fueron decididas por personas que han estado ahí por mucho tiempo", respondió Balls, negándose a reconocer a Bilderberg como un cuerpo corporativo mundial que influye sobre acontecimientos políticos.
Luego de salir del estudio, Balls fue seguido por el reportero Paul Joseph Watson de Infowars, quien volvió a confrontarlo con la misma pregunta: ¿por qué tantos secretos? Watson acusó al parlamentario inglés de violar la Ley Ministerial inglesa, que establece una serie de conductas transparentes para funcionarios públicos. Balls contestó que no era ministro, una respuesta sin sustento ya que la Ley Ministerial también se aplica a los miembros del Parlamento (HC235 2000-2001, párrafo 15).
"Los ministros deben ser lo más abiertos posibles con el Parlamento y el público", expresa la ley. "Quienes mantienen cargos públicos debiesen ser lo más abiertos posibles sobre todas las decisiones y acciones que toman". La sola presencia del primer ministro David Cameron en la reunión secreta de Bilderberg podría significar una infracción a este código.
En una atmósfera de ridiculización y subestimación de la importancia de Bilderberg, el activista Alex Jones fue cuestionado duramente por el animador de la BBC, Andrew Neil, quien finalizó catalogándolo como "la peor persona que había entrevistado". A su lado se encontraba también el columnista del Times, David Aaronovitch, conocido por "refutar teorías conspirativas" como el asesinato de Kennedy por elementos del gobierno, la eventual participación de Estados Unidos en el ataque contra las Torres Gemelas y la existencia de un lobby israelí que influye sustancialmente en la política exterior del país americano.
Jones aprovechó la instancia para manifestar su postura con frontalidad, en un incidente que fue replicado por varios medios ingleses como una polémica intervención.