La carnicería en Odessa fue guiada por los gobernantes interinos de Ucrania

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La prensa atlantista se obstina en presentar los crímenes perpetrados en Odesa el 2 de mayo de 2014 como el resultado de un incendio accidental, a pesar de que las fotos y videos disponibles no dejan lugar a dudas: las víctimas fueron torturadas y ejecutadas, antes de ser quemadas. El siguiente trabajo contiene información de primera mano sobre esta operación, planificada bajo la autoridad directa y personal del presidente golpista Olexander Turchinov y del oligarca israelo-ucraniano Igor Kolomoisky.

La información que a continuación presentamos provienen de un informante de uno de los cuerpos represivos del aparato estatal ucraniano. Por razones evidentes, este informante ha solicitado que no se revele su identidad. Su decisión de revelar lo que sabe indica que hay agentes dentro de la administración que condenan los actos de violencia organizados por el nuevo régimen y perpetrados el 2 de mayo de 2014 en la ciudad de Odesa y a través de todo el país.


La Planificación

Después de perder Crimea y del levantamiento popular de Mariupol, Odesa y su puerto se han convertido en el único acceso del Estado ucraniano al mar. La ciudad de Odesa se convierte así en la segunda ciudad más importante de Ucrania, después de Kiev.

Diez días antes de la tragedia, se realizó en Kiev una reunión secreta bajo la dirección del presidente en ejercicio Olexander Turchinov, reunión destinada a la preparación de una operación especial que debía realizarse en Odesa. Estaban presentes en esa reunión el ministro del Interior Arsen Borysovych Avakov, el jefe de los servicios de seguridad Valentin Nalivaychenko y el secretario del Consejo de Defensa y de Seguridad Nacional Andriy Parubiy.

El oligarca ucraniano Igor Kolomoisky, nombrado por el régimen de Kiev a la cabeza de la administración regional de Dniepropetrovsk, fue consultado sobre la organización de la mencionada operación.

Durante la reunión [de Kiev], Arsen Avakov sugirió probablemente utilizar a los hooligans que operan entre los aficionados de un club de futbol y que son designados como los «ultras». El propio Avakov dirigió anteriormente la administración regional de Jarkov, trabajó en aquel momento en estrecha colaboración con los dirigentes de los clubs de apoyo al club de futbol local y más tarde continuó subvencionándolos desde su nueva residencia en Italia.

El oligarca Kolomoisky garantizó la participación del 1er Batallón del Dniéper, que es parte de su guardia personal, poniéndolo temporalmente bajo las órdenes de varios responsables de la policía de Odesa. Incluso autorizó el pago de una prima de 5 000 dólares en efectivo por cada separatista pro-ruso asesinado durante la operación.

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Mykola Volvov estaba siendo buscado por fraude por la policía ucraniana desde 2012.


Varios días antes de la operación de Odesa, Andriy Parubiy ordenó la entrega de decenas de chalecos blindados a los nacionales extremistas locales. El vídeo muestra la distribución de los chalecos blindados a los manifestantes de Maidan ya implantados en Odesa. Obsérvese con particular atención el individuo que se encarga de la entrega. Es Mykola Volvov, personaje vinculado a diferentes organizaciones criminales, a quien puede verse haciendo uso repetidamente de un arma de fuego durante el asalto contra la Casa de los Sindicatos en varias grabaciones de video registradas el 2 de mayo. Más tarde puede vérsele hablando por teléfono mientras informa a las autoridades de Kiev sobre la realización de la operación.


Los preparativos

Los militantes nacionalistas extremistas del «Parlamento» nacional ucraniano (UNA-UNSO), identificables por el brazalete rojo que portan, también fueron movilizados para participar en la operación de Odesa. Se les confió un papel fundamental en la organización de las provocaciones. Estos individuos, presentes en el campamento de tiendas de campaña de Kulikovo [instalado por los federalistas frente a la Casa de los Sindicatos de Odesa], se hacían pasar ante los militantes contrarios al régimen de Kiev por personas dispuestas a defender el campamento. Su objetivo era empujar a los militantes contrarios a Kiev a replegarse hacia la Casa de los Sindicatos, donde los esperaban los asesinos.

Se procedió a instalar 15 barreras en las carreteras que llevan a Odesa, cerrando así el acceso a la ciudad. En estas barreras o puntos de control, militantes que se hallaban directamente bajo las órdenes del 1er Batallón del Dniepr de Kolomoisky y los matones de Pravy Sektor provenientes de Dniepropetrovsk y de Galitzia, filtraban la circulación hacia o desde Odesa. Además, 2 unidades militares de las fuerzas de autodefensa de Maidan habían llegado a Odesa, encabezadas por Serguei Pachinsky, responsable en jefe de los servicios de la Presidencia. Pachinsky es el mismo individuo que fue identificado en la plaza Maidan el 18 de febrero de 2014 y que tenía escondido en su automóvil un fusil de largo alcance, ideal para el uso en misiones de francotirador. [Después de las masacres de Odesa,] Pachinsky ha declarado que no estaba plenamente informado sobre los objetivos de la operación y que había enviado sus hombres para «garantizar la protección de la población de Odesa».

En total, más 1 400 combatientes originarios de otras regiones de Ucrania estuvieron presentes en el perímetro donde se desarrollaron las operaciones realizadas aquel día en Odesa. Estos hechos quitan toda credibilidad a la historia de que fueron los habitantes de Odesa quienes incendiaron la Casa de los Sindicatos. El jefe de la policía de Odesa, Dimitri Fucheji, ha desaparecido misteriosamente después de los trágicos acontecimientos registrados en esa ciudad.

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El coordinador principal de la operación, Dimitri Fucheji, jefe delegado de la policía de Odesa, misteriosamente desaparecido después de las masacres.


El responsable regional de las fuerzas de policía, Petr Lutsyuk, y su delegado en Odesa, Dimitri Fucheji, se encargaron personalmente de la dirección de la operación en esa ciudad.

Petr Lutsyuk estaba encargado de neutralizar al gobernador de la región de Odesa, Vladimir Nemirovsky. Su objetivo era impedir que [el gobernador Nemirovsky] estableciese un dispositivo de seguridad independiente que pudiera hacer fracasar la operación.

Dimitri Fucheji escoltó personalmente a los militantes hasta la plaza de Grecia, donde supuestamente fue «desgraciadamente herido» (para permitirle escapar posteriormente a las acciones judiciales vinculadas a los acontecimientos).

Desde el primer momento, la operación se programó para el 2 de mayo. Un partido de futbol programado para ese día justificaría fácilmente la presencia de numerosos aficionados del club de futbol («los ultras») en el centro de la ciudad. Por otro lado, era necesario limitar al máximo la presencia en las calles de habitantes de Odesa que no estuviesen vinculados con la realización de la operación. Por tratarse de un día feriado, la mayoría de la población debía estar disfrutando en familia del asueto primaveral del mes de mayo.


La Operación

El 2 de mayo, el tren de Jarkov llegó a Odesa a las 8 de la mañana con sus legiones de aficionados del Metallist-Jarkov, el club de futbol de Jarkov, entre los que se hallaban grupos de «ultras» que tomarían parte en la operación. Al mismo tiempo, las unidades del 1er Batallón del Dniepr de Kolomoisky y de Pravy Sektor se desplegaron por toda la ciudad en pequeños grupos. Provenientes de Kiev, llegaron también los elementos de las fuerzas de autodefensa de Maidan, que en su mayoría habían viajado en autobuses. Las fuerzas de policía habían recibido orden de no detener ese día estrictamente ningún autobús inmatriculado en Kiev, Dniepropetrovsk y Lvov.

Después del mediodía, algunos combatientes se dirigieron hacia la plaza Sobomaya, donde debían reunirse los que supuestamente querían «desfilar por un Estado ucraniano unificado». Su misión consistía en organizar la multitud y conducirla hacia las barricadas de la plaza de Grecia.

Todos los miembros de un grupo de «operaciones especiales» se pusieron entonces sus máscaras y bajaron por la avenida Alexandrovsky. Estos eran los supuestos «pro-rusos» que aparecen en muchos vídeos. Para diferenciarse de los verdaderos militantes pro-rusos de Odesa, estos provocadores portaban brazaletes rojos. De la misma manera, los miembros de la policía que estaban implicados en la operación también portaban brazaletes rojos para reconocerse entre sí. Desgraciadamente, algunos verdaderos militantes pro-rusos -quienes no sabían lo que iba a suceder- cayeron en la trampa de los provocadores que los incitaban a lanzarse sobre los fascistas para «detenerlos».

Muchos testigos oculares filmaron los acontecimientos. Con la colaboración de la policía, los provocadores supuestamente «pro-rusos» se desplegaron a lo largo del centro comercial Afina, en la intersección de la calle de Grecia con el paseo del vicealmirante Zhukov, donde los atacaron otros provocadores que venían entre los aficionados del club de futbol. Entre estos últimos estaban principalmente los miembros de Pravy Sektor y los de la UNA-UNSO. Estos hechos han sido corroborados, incluso por los observadores pro-Maidan que se hallaban en el lugar. Hubo uso de armas de fuego por ambas partes y cayeron víctimas de ambos bandos.

La parte del plan que consistía en desviar la atención de los aficionados del partido de futbol que habían venido a ver para empujarlos hacia el barrio de Kulikovo se había desarrollado con éxito. Los provocadores que habían exacerbado la cólera de la multitud se replegaron entonces hacia el centro comercial Afina, donde las fuerzas de policía se encargaron de protegerlos. Algunos estaban heridos pero no tenían muertos entre sus filas.

Mientras en la plaza de Grecia se mantenían los enfrentamientos, un grupo de asesinos de «Pravy Sektor» ponía a punto los últimos detalles del momento culminante de la operación, momento designado en clave como «Ha'ola» (referencia a la expresión «Mizbeach Ha'ola», que significa en hebreo «el altar de las inmolaciones». Estos individuos se introdujeron en la Casa de los Sindicatos pasando por una entrada situada en la parte trasera del edificio. Ya dentro de la Casa, se dedicaron a tomar posiciones en los sótanos y en la azotea. En ese grupo había únicamente combatientes aguerridos, o más bien asesinos experimentados.

Mientras la multitud atravesaba el centro de la ciudad, volviendo hacia la plaza de Grecia para ir finalmente hacia el barrio de Kulikovo, algunos de los provocadores fueron trasladados -a bordo de vehículos y a toda velocidad- hasta el lugar donde debía llegar dicha multitud, pero adelantándose a ella. Al llegar a ese lugar, estos elementos corrieron hacia el campamento de tiendas de campaña gritando «¡Viene la gente de Pravy Sektor!», «¡Vienen a matarnos!» para provocar un movimiento de pánico [hacia la Casa de los Sindicatos].

En vez dispersarse por la ciudad, muchos cayeron en la trampa de los provocadores y buscaron refugio en la Casa de los Sindicatos. Algunos bajaron a los sótanos, de donde nadie logró salir vivo. Allí fueron torturados, asesinados y despedazados a machetazos. Otros buscaron refugio en diferentes pisos. Pero los asesinos traían una especie de mezcla de gasolina y napalm que produce un veneno mortal a base de monóxido de carbono. Varios químicos habían concebido ese coctel mortal en la plaza Maidan de Kiev. Pero no lo utilizaron allí. Fue en Odesa donde se experimentó por vez primera el uso de ese preparado. No hubo ningún accidente: había que perpetrar una masacre de grandes proporciones, capaz de aterrorizar al país entero.

La «batalla» de la Casa de los Sindicatos duró varias horas. Durante todo ese tiempo, algunos individuos aparentaron defender el edificio lanzando cocteles molotov desde el techo mientras que otros [dentro de la Casa] metódicamente masacraban, estrangulaban y quemaban a sus víctimas. La entrada de agua del edificio había sido cortada para neutralizar los posibles intentos de apagar el incendio.

Cuando se completó la fase «Ha'ola» de la operación, los asesinos de Pravy Sektor abandonaron la Casa utilizando las salidas traseras y laterales del edificio y salieron inmediatamente de la ciudad. Las fuerzas de policía penetraron entonces en el inmueble.

La cantidad de víctimas contabilizadas, que se convertiría en balance oficial de la tragedia, corresponde únicamente al número de mártires encontrados en los pisos superiores del edificio. La mayoría de las personas muertas dentro de la Casa fueron asesinadas en los sótanos y sus decesos no han sido registrados. Es poco probable que llegue a conocerse la cantidad exacta de víctimas. La mayoría de las fuentes indican que al menos 120 o 130 personas fueron masacradas.


La verdad no puede ocultarse

La Junta del régimen de Kiev han privatizado las fuerzas policiales y los servicios de inteligencia. Pero olvidaron las oficinas de la fiscalía. El Fiscal General en funciones acaba de dar a conocer la siguiente conclusión:

«Esta acción criminal no fue preparada por niveles intermedios. Fue cuidadosamente preparada y coordinada y representantes de diversas autoridades participaron en ello.»

Es poco probable que se le permita nombrar a los verdaderos responsables de esta masacre. Pero el régimen no podrá esconder totalmente la verdad sobre lo que realmente sucedió en Odesa. Esta tragedia merece ser objeto de una profunda investigación. Los culpables deberían ser enviados ante un tribunal internacional y responder por los crímenes de lesa humanidad que cometieron en Odesa.

Turchinov y compañía, sabed que la segunda edición del juicio de Núremberg está por comenzar.


Adaptación: Crónica en Zona Libre



LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE CRÓNICA EN ZONA LIBRE.