El candidato elegido por el Departamento de Estado para poner a Ucrania bajo las garras de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y sus políticas de austeridad, ha sido interpelado por las fascistas de Maidan.
De resultar electo, el comandante Andrei Veremiyenko y los "defensores" de la plaza de la Independencia mirarán de cerca al postulante presidencial Petro Poroshenko, según publicó Al Jazeera este viernes. Si Poroshenko no efectúa "acciones radicales" durante su mandato, habrá "un tercer Maidan y será más salvaje que el anterior, mucho más salvaje", declaró Veremiyenko.
Poroshenko es un ex burócrata de Víktor Yanukovich que pasó a la lista Forbes luego de vender caramelos a los ucranianos. También fue jefe del Consejo del Banco Nacional de Ucrania, una posición que le permitió a él y a otros miembros del organismo influir sobre la aprobación de leyes.
"Casi literalmente, funcionarios diplomáticos de Occidente parecen estar respaldando a Poroshenko", publicó The Daily Beast en marzo. "Los medios ucranianos reportan que la probabilidad de una victoria de Poroshenko en mayo ayudó a convencer a Europa y Estados Unidos para que comenzaran a enviar desesperadamente la ayuda financiera necesaria. Específicamente, el Fondo Monetario Internacional tomó la decisión de entregar a Ucrania una cuerda de salvamento de miles de millones de dólares. ¿Qué le dio a la comunidad internacional la confianza de que el malestar político de Ucrania se estabilizaría? Según la prensa, fue la popularidad de Poroshenko y la probabilidad de que sea elegido como presidente".
Descrito como un sujeto pragmático, Poroshenko se "cambió de bando" y apoyó a los revolucionarios de Maidan reclutados por Victoria Nuland y el Departamento de Estado previo al golpe en febrero. Poroshenko se movió a las primeras filas de la junta luego de ser perseguido por separatistas en Simferopol antes del referéndum de Crimea. Demostró ser una buena operación de relaciones públicas para el magnate de 48 años.
En febrero, Poroshenko fue fotografiado en Munich junto a Vitaly Klitscho y el banquero Arseniy Yatsenyuk estrechando la mano del secretario de Estado, John Kerry. El multimillonario trabajó cercanamente con la predecesora de Kerry, Hillary Clinton, para "restablecer la misión del FMI en Ucrania" y "tomar ciertos pasos para demostrar la apertura y efectividad (de la economía) en cooperación con el FMI", de acuerdo a una transcripción de sus palabras efectuada por el Departamento de Estado el 9 de diciembre de 2009.
En 2012, Poroshenko dijo que Ucrania debía mejorar su "clima empresarial". Luego del golpe de Maidan, en febrero, el FMI trabajó con Wall Street y la Comisión Europea para preparar un acuerdo de $20 mil millones de dólares, pidiendo el ajuste del clima empresarial imponiendo austeridad, o en otras palabras, el recorte de pensiones, de empleos del Estado, y la privatización de los recursos y propiedades del Estado (pertenencias del pueblo ucraniano, sea cual sea el gobierno que esté en el poder).
Además de desmantelar las empresas del Estado, la agenda del FMI pretende eliminar la competencia del sector privado para las empresas multinacionales.
Michel Chossudovsky escribe que mientras "el programa de privatizaciones asegura la transferencia de recursos del Estado a las manos de inversionistas extranjeros, el programa del FMI también incluye cláusulas orientadas a la desestabilización de los conglomerados de empresas privadas del país".
Kurt Nimmo
Fuente: Infowars, 23 de Mayo del 2014
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE CRÓNICA EN ZONA LIBRE.