En su homilía en Casa Santa Marta este sábado, el Papa Francisco lanzó otra de esas expresiones suyas difíciles de olvidar. Habló del peligro que existe para los sacerdotes de convertirse en "sacerdotes grasientos". De este nuevo foro de predicación papal inaugurado por Francisco, que son las homilías de Santa Marta, surgen mensajes profundamente evangélicos a la vez que coloquiales y tremendamente claros.
En la misa de ayer acompañaron al Papa el cardenal Angelo Bagnasco y un grupo de sacerdotes de la archidiócesis de Génova. Por eso Francisco dedicó toda la homilía a la relación que los sacerdotes deben tener con Jesucristo. Y como hace muchas veces, habló a través de preguntas: "¿Qué lugar ocupa Jesús en mi vida sacerdotal?, ¿hay una relación viva, de discípulo a Maestro, de hermano a hermano, de hombre pobre a Dios; o es una relación un poco artificial, que no viene del corazón?"
Explicó que cuando un sacerdote se aleja de Jesús puede perder la unción "porque estamos ungidos por el espíritu", dijo. "Y, en vez de ser ungido termina por ser 'grasiento'", añadió. Así, el Papa empleó un pequeño juego de palabras en italiano. Mientras que "unto" significa "ungido", "untuoso" es "grasiento". "¡Y cuánto mal hacen a la Iglesia los sacerdotes grasientos!", apostilló.
Francisco abordó de nuevo el problema de la mundanidad y la vanidad e introdujo una nueva expresión. Habló de los 'sacerdotes-mariposa': "Pero, cuantas veces se escucha decir con dolor: '¡Pero, este es un sacerdote-mariposa!' porque siempre está en las vanidades... ¡Este no tiene una relación con Jesucristo! Ha perdido la unción: es un grasiento".
Por último, el Papa recordó a los curas que lo que salva de la mundanidad y de la idolatría "que nos hace grasientos", -de la devoción al 'dios Narciso', lo llamó-, es la relación con Jesucristo. Y advirtió de que "la gente tiene olfato" para distinguir a los sacerdotes "que han dado la vida como sacerdotes" de los que no.
Explicó que cuando un sacerdote se aleja de Jesús puede perder la unción "porque estamos ungidos por el espíritu", dijo. "Y, en vez de ser ungido termina por ser 'grasiento'", añadió. Así, el Papa empleó un pequeño juego de palabras en italiano. Mientras que "unto" significa "ungido", "untuoso" es "grasiento". "¡Y cuánto mal hacen a la Iglesia los sacerdotes grasientos!", apostilló.
Francisco abordó de nuevo el problema de la mundanidad y la vanidad e introdujo una nueva expresión. Habló de los 'sacerdotes-mariposa': "Pero, cuantas veces se escucha decir con dolor: '¡Pero, este es un sacerdote-mariposa!' porque siempre está en las vanidades... ¡Este no tiene una relación con Jesucristo! Ha perdido la unción: es un grasiento".
Por último, el Papa recordó a los curas que lo que salva de la mundanidad y de la idolatría "que nos hace grasientos", -de la devoción al 'dios Narciso', lo llamó-, es la relación con Jesucristo. Y advirtió de que "la gente tiene olfato" para distinguir a los sacerdotes "que han dado la vida como sacerdotes" de los que no.