Milagro de la "recuperación económica" no sería cierta. Crisis europea estaría ocurriendo en un nivel aún mayor

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Actualmente podemos ver cómo la prensa tradicional, tanto en Asia, Europa y América, anuncia el milagro de la recuperación económica. "Ya es hora definitiva de volver a los mercados", comentan. Que la crisis europea es algo únicamente focalizado en países como España y Grecia, y que sólo veremos un auge económico en los próximos años.

Pese a lo anterior, hay varios signos que demuestran que la situación de Europa es algo que está ocurriendo a nivel mayor, y que sólo está comenzando. Estados Unidos está entrando en una nueva fase de la crisis y el resto de los países presentan síntomas de que una segunda ola fulminante del desastre financiero de 2008 ya está aquí.

¿Qué ocurrió exactamente en 2008?

El 15 de septiembre de 2008, en Estados Unidos, grandes bancos de antaño como Lehman Brothers caen en la quiebra y otros medianos y pequeños hacen lo mismo, en efecto dominó. Se produce un "agujero negro" en los mercados que tiene implicancias globales. El temor de una nueva recesión se genera en todo el mundo económico. Se frena el crédito y la inversión, y surgen tontas medidas "parche" para paliar la crisis, que definitivamente no contribuyeron a resolver el problema de raíz. En otras palabras, se atacaron los síntomas y no la enfermedad.

Los salvatajes en América y Europa, con miles de millones de dólares en gasto desmedido y sin regulación de su destino final de uso, y la impresión desmesurada de dólares por la Reserva Federal, hizo creer a los mercados que había liquidez cuando el cáncer no había sido extirpado.

En consecuencia, no hubo ninguna legislación que pudiera regular el origen del problema: los instrumentos tóxicos de los derivados económicos instaurados por la Reserva Federal en la era de Alan Greenspan que han inundado los mercados globales. Éstos fueron los catalizadores del colapso, que lograron instalarse gracias a la derogación de la Ley Glass Steagall, en el gobierno de Clinton, que establecía una división entre los bancos comerciales y los bancos de inversión, impidiendo que especularan con sus propios activos en los mercados y sucediera lo mismo que ocurrió con la Gran Recesión de 1933.

Con esto, una masiva emisión desregulada de dinero, facilidades de créditos, mercados sin arbitraje y bancos especuladores, crearon la conocida crisis hipotecaria, aumentada exponencialmente por los derivados económicos. Éstos permitieron vender la especulación de una deuda, como créditos hipotecarios, llevando al mercado real un instrumento financiero con un valor no real sino especulativo para ser vendido y comprado - en algunos casos, aumentando el valor de un activo hasta 20 veces o más de su valor real, creando grandes bombas de tiempo en el mundo financiero.

Por ejemplo, imaginemos que especulo sobre mis activos y digo que mis hipotecas valdrán cinco veces más de aquí a 30 años, el quíntuple de su valor. Al venderlo como derivado económico, recibo el valor quintuplicado y el siguiente comprador queda con ese supuesto valor real, pese a que tiene su origen en la especulación. Este banco lo puede vender a otro, aumentando nuevamente el valor de forma especulativa. Se crea una pirámide exponencial de catástrofe que se desploma al encontrarse con el valor real de las viviendas hipotecadas.

Las medidas "parche" de contención de 2008 mencionadas anteriormente sólo hicieron un favor a los banqueros y elitistas que ocasionaron el problema, quienes utilizaron la crisis para profundizar su agenda global y ganaron millones a costas del ciudadano común.Un artículo del medio económico Bloomberg, publicado a comienzos de 2013, da cuenta de que son los contribuyentes estadounidenses quienes han sustentado los miles de millones de dólares de las susodichas ganancias de los bancos a través de sus impuestos, por medio de los enormes "rescates financieros" (bailouts).

Esto confirma que las grandes instituciones bancarias se han convertido en depredadores incontrolables, fuera del alcance de los aparatos reguladores. Ahora que el dinero de los salvatajes se está acabando, es probable que los números rojos comiencen a aparecer. Lo más descarado de esto es que, ante la carencia de futuros salvatajes, la tasa hipotecaria que dan los bancos a los estadounidenses ha aumentado por seis semanas seguidas.

Algunos economistas independientes en Estados Unidos, haciendo burla de las afirmaciones sobre una época de prosperidad, catalogan este fenómeno como una "recuperación sin empleo" (jobless recovery). En definitiva, es una recuperación sólo para los balances de los bancos e instituciones financieras, pero no para el bolsillo del ciudadano de a pie.

Los "bailouts" en Europa no fueron tan distintos. Para financiarlos, sin embargo, no pudieron ocupar la fórmula mágica de la Reserva Federal para imprimir billetes de la nada, provocando que la inflación impactara al bolsillo de los ciudadanos - a excepción de algunas entidades como el Banco Central de Inglaterra. La masiva cantidad de dinero usada en estos salvatajes a banqueros privados ha traído un gasto sin precedentes para Europa, traducido en precariedad, austeridad económica y recorte de programas sociales.

La última cifra cuantificada del valor global de los derivados económicos fue dada a conocer a mediados de 2010. The Daily Finance publicó que la suma global en derivados ha alcanzado los 1,2 trillones de dólares (1.200.000.000.000.000 dólares o, en otras palabras, 1,2 millones de millones de millones de dólares). Esta cifra equivale a 20 veces la riqueza mundial total. Esta inmensa burbuja no estalló en la crisis de 2008 por el efecto parche de los millonarios salvatajes, los cuales se están acabando y los números rojos comienzan a aparecer por todo el mundo.

La situación global actual

El resto del planeta, luego de 2008, no ha sido ajeno a estos problemas. En los países más importantes de occidente vemos notorios signos de decaimiento económico. Los siguientes indicadores nos permitirán palpar mejor la realidad.

La eurozona se encuentra en medio de una recesión histórica. Su actividad económica ha declinado por seis cuatrimestres seguidos y el nivel de desempleo ha llegado a un nuevo récord, con un alza de 12,2%. El desempleo juvenil continúa elevándose a niveles sin precedentes en Europa: en Grecia, un 62,5% de las personas están desempleadas; en España, un 56,4%; en Portugal, un 42,5%, e Italia con un 40,5%.

Podemos ver cómo la economía de Italia se ha contraído por siete cuatrimestres seguidos, y su producción industrial ha caído por 15 meses de forma consistente, quedando en su nivel más bajo en 15 años. En la población italiana, el número de personas consideradas "profundamente vulnerables" se ha duplicado en los últimos dos años. En Francia, mientras tanto, la confianza de los consumidores ha llegado a una nueva baja histórica y el número de desempleados ha tocado un nuevo récord. Debido al reciente "corralito" en Chipre, en el mes de abril, el 10% de los depósitos bancarios fueron retirados. El primer trimestre de 2013, la deuda española llegó a ser el 88,2% de su Producto Interno Bruto (PIB). Se espera que alcance un 90,5% a finales de este año.

En India, por otra parte, el crecimiento es el más bajo de la década. El sistema financiero de Japón ha comenzado a descontrolarse: el mercado de acciones japonés ha declinado desde su peak en un 15%, y muchos creen que la moneda del yen continuará debilitándose, mientras que la tasa de interés comenzará a aumentar significativamente.

Según las estimaciones de Morgan Stanley, el crecimiento económico de China se ha debilitado tras una lenta expansión de sus exportaciones, producción industrial y nuevos créditos, teniendo un incremento en su PIB de 7,6%, en relación a la proyección anterior de 8,2%.

El Banco Mundial ha disminuido su proyección de crecimiento mundial de 2,4% a 2,2%. El flujo de dinero global en efectivo está declinando a niveles no vistos desde la última recesión. Según algunos expertos, esto indicaría que nos dirigimos a un "credit crunch" global (contracción del crédito).

El salario continúa bajando en Estados Unidos. Aunque se ha dicho que tal país experimenta una "recuperación económica", la ganancia real semanal ha descendido desde los $297,7 dólares en 2010, $295,49 dólares en 2011, hasta los $294,83 dólares en 2012 (el presente cálculo es en base al valor del dólar de 1982-1984). El margen de la deuda - dinero que es pedido prestado para comprar acciones - en la Bolsa de Valores de Nueva York, ha alcanzado un máximo histórico. Cuando éste alcance niveles más altos, es probable que el mercado de acciones se derrumbe:

El margen de la deuda... en el New York Stock Exchange ha alcanzado una máxima histórica en abril, registrando $384,3 miles de millones de dólares (según sitio web de la bolsa de New York con fecha 29 de mayo). El anterior máximo histórico de margen de la deuda fue en julio del 2007, cuando superó los $381 miles de millones de dólares. En ese momento, justo como hoy, los indicadores de las acciones en las bolsas estaban cerca de sus puntos altos, y el "compre ahora (acciones) antes que sea muy tarde" era la frase más hablada.

El 12 de junio en una entrevista con The Guardian, una importante autoridad del Banco de Inglaterra, Andy Haldane, declaró que la política de imprimir billetes con desmesura, por parte de ese país y la Reserva Federal de Estados Unidos, ha provocado el mayor peligro de la historia para la economía mundial. "Seamos claros. Intencionalmente hemos creado la burbuja de bonos gubernamentales más grande de la historia", señaló Haldane.

Por lo pronto, Australia está experimentando grandes desafíos económicos. Canadá, por otro lado, atraviesa algo similar. Si bien la prensa tradicional asegura que el país es inmune a la recesión, el medio canadiense Macleans explica con gráficos que, pese a que el gobierno dice que ha creado puestos de trabajo, en realidad éstos son empleos de bajos ingresos y temporales sin beneficios. El nivel de empleos en Canadá sigue estando por debajo de los niveles de 2007, previo a la crisis, al igual que el nivel de gasto de gobierno. Por último, la clase media está disminuyendo, mientras que la inequidad de ingresos registra una tasa mayor a la de años anteriores.

Por qué preocuparse de Chile: Burbuja inmobiliaria y pensiones

Como el resto de los países, Chile no es inmune a lo que sucede en el extranjero. Si bien Chile no fue tocado mayormente por la crisis de 2008, esto se debió a que los salvatajes a los grandes bancos en Estados Unidos y Europa no dieron tiempo para que la producción mundial bajara drásticamente. Esto hubiese provocado una baja considerable en el valor del cobre. El nivel de exportación de productos tampoco llegó a caer a niveles de recesión. Lo que sí vivimos fue una pérdida drástica de los principales fondos de pensión previsional, o AFP, provocada por el hundimiento de las bolsas y la quiebra de los grandes bancos.

En esta ocasión, una caída drástica podría tocar a todos los chilenos. No sólo veríamos efectos en los fondos de pensión ligados a los mercados financieros - a excepción del fondo menos riesgoso, que es el E - sino que la productividad nacional podría verse estancada si los clientes extranjeros dejaran de comprar a los mismos niveles de siempre.

En la actualidad, el dólar está siendo una trampa para muchos inversionistas. Como vimos, la Reserva Federal ha estado imprimiendo dólares descontroladamente, bajando su valor a nivel mundial. Por esta razón, grandes países del mundo, por sobre todo Asia y Medio Oriente, están firmando acuerdos bilaterales o multilaterales para desprenderse del dólar en futuras negociaciones comerciales. Tenemos por ejemplo el acuerdo entre China, Brasil, Rusia, India y África del Sur, el acuerdo entre Irán y Rusia, e incluso un acuerdo entre Chile y China, entre varios más. El precio del dólar en Chile se sigue manteniendo en niveles altos, ya que uno de los principales componentes de la producción nacional es el cobre, que se transa en esa moneda.

Otro tema preocupante para Chile es el de una burbuja inmobiliaria. Y es que Chile ha caído en el mismo error que Estados Unidos y España. Debido al falso auge económico previo y posterior a la crisis de 2008, junto a la masividad de los hipotecarios, se ha hecho muy fácil para cualquier optar por una vivienda propia, aun cuando no se posea el poder real para pagarla y con tasas de interés abusadoras. Por la masividad de la demanda de viviendas nuevas y usadas, se ha creado una burbuja inmobiliaria insostenible, con un auge en la vivienda no justificado por una economía real, sino especulativa.

Hace no más de un año, el medio chileno Punto Final publicó un reporte sobre los peligros de una burbuja inmobiliaria, explicando cómo ha llegado a aumentar el valor de las viviendas en hasta un 40%, y promediando un 30% de alzas en el valor de las viviendas en menos de cinco años.

Cuando estalle esta nueva ola de crisis global, es probable que la demanda de viviendas se estanque y retroceda drásticamente. El pago de las hipotecas será insostenible para el chileno de clase media. Podremos ver una cantidad gigantesca de viviendas a la venta por la no existencia de compradores, y los remates de miles de hipotecas sin pagar. Será vivir la pesadilla estadounidense. 

Hace unos días, el gobierno y medios del establishment comenzaron un descarado ataque contra la empresa de asesoría "Felices y Forrados", dedicada a informar a sus clientes por medio de una suscripción sobre cuándo conviene cambiarse a un fondo menos riesgoso en el sistema previsional de AFP. El tema caló hondo cuando se registró el traslado de fondos - entre el A y el E - de más de 80 milusuarios del sistema.

Con tales acciones de amedrentamiento político y comunicacional, el gobierno de Sebastián Piñera deja que claro que no le preocupa el ahorro de los ciudadanos, ni mucho menos transparentar el riesgo de una eventual burbuja inmobiliaria.

La situación está en desarrollo. La economía de importantes países está haciendo erupción de forma gradual. Lo vivido en 2008 podría no tener comparación con lo que se avecinaría en los mercados globales. Lo mejor es prepararse, cuidando el ahorro e inversión que tengamos invirtiendo en metales como el oro y la plata, cambiándose al fondo previsional E que es el menos riesgoso, y ser sensatos sobre quién votar en las próximas elecciones: en otras palabras, elegir a un candidato que vele realmente por el bienestar del pueblo chileno, y no por los intereses de las élites políticas y empresariales, tanto locales como extranjeras.