Bajo la argumentación de que "no se puede tener seguridad al 100 por ciento y 100 por ciento de privacidad con cero tolerancia", el presidente Barack Obama defendió los programas de espionaje telefónico y cibernético que realiza su gobierno bajo el cobijo de la lucha contra el terrorismo.
"Como sociedad tenemos que tomar algunas decisiones", declaró Obama en una breve conferencia de prensa a su llegada al estado de California para sostener una reunión con su homólogo de China, Xi Jinping.
"En una evaluación que se hiciera de estos programas (de espionaje), nos daríamos cuenta que marcan la diferencia en nuestra capacidad de anticipar y prevenir posibles actividades terroristas", subrayó el presidente de Estados Unidos.
Este miércoles se dio a conocer que por medio de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en ingles) y bajo el cumplimiento de la Sección 215 de la ley llamada Acta Patriota, la Casa Blanca y el Capitolio han autorizado el espionaje telefónico de millones de estadunidenses, así como el rastreo de actividades cibernéticos de decenas de millones de personas en el extranjero.
Con la renovación trimestral de la Sección 215 por parte de una Corte Federal que en secreto emite su autorización, y con la venia del Congreso federal, la NSA tiene acceso a los registros de comunicación telefónica de millones de estadunidenses, con el propósito de identificar potenciales actividades terroristas o integrantes de estas organizaciones internacionales.
Al mismo tiempo, aunque bajo la etiqueta de un programa identificado como PRISM, la NSA con la cooperación obligada de nueve firmas servidoras de la red de Internet como Google, Yahoo, Facebook, Microsoft, Apple; entre otras; el gobierno federal estadunidense obtiene todo tipo de actividades cibernéticas que efectúan decenas de millones de personas en todas las llamadas redes sociales y en comunicaciones electrónicas.
Obama explicó que este tipo de programa, aun cuando suenen extraños, no son violatorios de las libertades civiles ni de la privacidad y acatan los mandatos constitucionales.
Los programas, según el mandatario estadunidense "se encuentran bajo una muy estricta supervisión por los tres poderes del gobierno (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) y no involucra el que se escuchen las conversaciones telefónicas de las personas, ni implica el leer los correos electrónicos de los ciudadanos y residentes de Estados Unidos", aseguró Obama.
Pese a las explicaciones y defensas que hiciera Obama de los programas de espionaje telefónico y cibernético, la población estadunidense y los medios de comunicación lo han criticado.
Algunos medios de comunicación sostienen que el presidente, al autorizar estos programas en 2011, perdió la credibilidad que tenía ante los estadunidenses. En 2008, como candidato presidencial, prometió que de ganar la Casa Blanca aboliría las violaciones a las libertades civiles y privacidad establecidas por el Acta Patriota, creada y aprobada durante la presidencia de George W. Bush.